Los museos más curiosos de Brujas

Como sabes, el país llano cuenta con algunas de las mejores cervecerías del mundo. Bebida universal y convivial, los bon vivants estarán encantados de descubrir el museo de la cerveza de Brujas. Tanto si eres un fanático de la espumosa cerveza rubia como si simplemente deseas conocer un poco más los secretos de la elaboración de la cerveza belga, haz una parada en la Bruges Beer Experience. Bélgica posee una rica cultura cervecera, y este museo es una forma original de conocer las cervezas trapenses y de abadía del país. Descubrirás las diferentes etapas del proceso de elaboración, los distintos tipos de cerveza y las sorprendentes posibilidades de maridaje. El museo también ofrece un "recorrido infantil" para niños de 5 a 12 años, con una historia sobre la cerveza de Brujas que se puede escuchar o leer. Al final de la visita, podrás poner en práctica tus nuevos conocimientos degustando nada menos que 16 cervezas de barril. Importante: se puede acceder gratuitamente a la sala de degustación sin ni siquiera visitar el museo.

He aquí un lugar que gustará a grandes y pequeños. El Museo del Chocolate de Brujas, apodado "Choco-Story", es un museo que, como su nombre indica, está enteramente dedicado al chocolate. Dediqua al menos 1 hora a su visita, en la que aprenderás más sobre cómo se elabora el chocolate y harás un recorrido por el mundo del cacao. Ubicada en una antigua taberna de cuatro plantas, descubrirás muchos secretos en esta casa de Croon. Viajarás en el tiempo hasta los mayas y aztecas, que ya utilizaban el cacao como ofrenda divina, medio de pago y bebida. Luego fueron los españoles, que a su vez aprendieron lo que era el cacao y lo trajeron a Europa para convertirlo en bebida real. Después desvelarás el misterio de por qué el chocolate belga es tan diferente del resto. Por último, podrás admirar unas magníficas esculturas de chocolate. Por último, tendrás la oportunidad de visitar un taller de fabricación de chocolate, degustar algunos y marcharte con unas espléndidas recetas a base de cacao.

Además de la visita, podrás reservar un taller privado de 1 hora para aprender a hacer pralinés.

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Tanto motivo de orgullo como tópico, las patatas fritas forman parte del patrimonio belga. Tanto es así que en Brujas se le ha dedicado un museo. El frietmuseum cuenta la historia de las patatas fritas en Bélgica, de la patata y de las distintas salsas que acompañan a este crujiente trozo de patata. Eso es todo. Situado en pleno centro de la ciudad, en la antigua logia genovesa (¡que data de 1399!), el museo está pensado sobre todo para ser divertido y sabroso. Este museo en honor a un símbolo nacional se fundó en 2008 gracias al fotógrafo belga Paul Llegems, que trabajaba sobre el tema de las "fritkot" (Patatas fritas). Así, mientras paseas, descubrirás la historia de la patata, su llegada a Europa, la aparición de las patatas fritas, así como la cultura belga a través de este platillo en las artes.

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El museo de la tortura. Sí, haz leído bien, Brujas alberga el Museo de la Tortura. Aunque el tema es bastante sorprendente, aquí se puede aprender mucho. Pero ¡cuidado, almas sensibles! El edificio que alberga el museo es una de las prisiones de piedra más antiguas de la ciudad. El museo en sí es una soberbia pieza arquitectónica de la ciudad, sin ventanas y con más de 700 años de antigüedad. Aquí se ha llegado a torturar a prisioneros...

Se exponen un centenar de instrumentos de tortura, todos ellos recreados con maniquíes. También podrás conocer la importancia del castigo en la Antigüedad y la Edad Media.