Oculta bajo las nubes durante el día y resplandeciente de luces de neón por la noche, Seúl late, respira y está viva. Literalmente nunca duerme, y las opciones para disfrutarla son infinitas. Una vez que se pone el sol, los hermosos colores saturados de los bares, clubes y calles se impregnan en las retinas. A medida que pasan las horas, la ciudad se vuelve más poética. Las luces fluorescentes y multicolores crean una atmósfera tan misteriosa como espectacular. Las experiencias nocturnas son diversas y variadas: descubrimientos culinarios, baile en discotecas, canto en un karaoke, saunas nocturnas, senderismo...
El zumbido constante de las calles despierta todos los sentidos. Seúl de noche puede admirarse desde una azotea o en un paseo por la naturaleza. Gangnam es el lugar preferido de los famosos y la gente adinerada; Hongdae, cerca de la Universidad de Hongik, se dirige a los jóvenes, mientras que Itaewon ofrece el equilibrio perfecto entre buena música, buena comida y buenos cócteles. ¿Preparado para un viaje sin dormir?