El Palacio Meir, en el corazón de la ciudad de Amberes, representa más de 250 años de historia extremadamente bien conservada. Fue diseñado en la segunda mitad del siglo XVIII por el arquitecto Jan-Peter van Baurscheit por iniciativa del acaudalado comerciante Johan Alexander van Susteren. Éste encargó este suntuoso palacio con la fortuna que había amasado gracias a sus inversiones en la sociedad de Ostende. Tras su muerte, el palacio fue comprado por Johannes de Fraula. Como el palacio no estaba terminado, tuvo que completar la construcción, añadiendo establos y un jardín. En 1777 vendió el palacio a una pareja de condes belgas. Su hija, Caroline Marie Joseph, lo heredó y lo vendió a Napoleón I.
