Montemor-o-Novo es una ciudad histórica del centro de Portugal, en la región del Alentejo. Su nombre significa "Montemor el nuevo" en portugués, ya que fue fundada en 1256 por el rey español Alfonso III como alternativa a la ciudad vecina de Montemor-o-Velho. A lo largo de los siglos, Montemor-o-Novo se ha convertido en un importante centro de producción agrícola, ya que en sus fértiles suelos crecen cereales, olivos y viñedos. La ciudad también disfrutó de períodos de prosperidad gracias a su artesanía, en particular la cerámica, que se exportaba a todo el país.
