Sólo unos pocos lugareños tienen la suerte de vivir en este pequeño puerto auténtico, escondido en una cala de la Côte Bleue. De ahí su encanto. Un lugar virgen, con algunas casetas de pescadores y casas al borde del agua.
La vista sobre el puerto de Marsella y las islas Frioul es magnífica. También es un lugar ideal para los submarinistas, que pueden descubrir antiguos pecios frente a la costa. Niolon es el punto de partida de una larga excursión de tres horas por el sendero de Douaniers hasta la cala de La Redonne.