El Carnaval de Venecia era una oportunidad para que todo el mundo, nobles y comunes, se mezclaran una noche, borrando por unos instantes las diferencias sociales. Se acompañaba de juegos, espectáculos y, por supuesto, máscaras y disfraces en los prolegómenos del carnaval.
Hoy en día, la tradición del Carnaval de Venecia sigue viva: En febrero, durante quince días, las plazas, los campi y los cafés se llenan de asombrosos personajes enmascarados con los trajes tradicionales que han dado fama mundial a este acontecimiento.