La dicha de poder respirar: Bosques primarios y prehistóricos en Canarias.

No vamos a las islas sólo por sus playas. Afortunadamente, porque los archipiélagos suelen esconder muchos otros atractivos albergados en el seno protector de la Madre Naturaleza. En Canarias, archipiélago situado frente a las costas del Sáhara Occidental y Marruecos, el hombre ha sabido preservar bosques de asombrosa belleza, misterio y árboles raros, que no ha talado ni explotado. Están en las mismas condiciones que hace miles de años, y en Europa espacios así se pueden contar con los dedos de una mano. Los llamamos bosques primarios, y es evidente por qué son tan preciados. Ven con nosotros y sumérget en la magia de su excepcional mundo vegetal.

El bosque primario del parque de Garajonay en la isla de La Gomera

El bosque primario del parque de Garajonay en la isla de La Gomera

- © RossHelen / Shutterstock

El bosque primario del parque de Garajonay en la isla de La Gomera

Este es un punto de interés que no debes perderte si va a Canarias. Incluso puede ser tu principal objetivo, ya que estos bosques bien merecen el viaje. Te explicamos por qué:

En primer lugar, Canarias cuenta con tres bosques primarios diferentes: El bosque de Garajonay, en la isla de La Gomera, y el bosque del parque rural de Anaga, en Tenerife, que son laurisilvas, es decir, bosques de árboles de la familia de ese nombre. Y el bosque de Los Tilos, en La Palma, formado principalmente por árboles de la familia de los tilos, como su propio nombre indica.

Los árboles musgosos del bosque de Garajonay

Los árboles musgosos del bosque de Garajonay

- © Agenturfotografin / Shutterstock

El bosque de Garajonay es extraordinario en más de un sentido. En primer lugar, es un bosque tropical. Encaramado a más de 1.500 m de altura, la condensación del agua del océano sube a las alturas, palpitante de calor, y se precipita sobre la masa de verdor que la captura. Hace calor y está especialmente húmedo; la llovizna y la niebla han invadido la atmósfera. Aquí está bastante oscuro porque el cielo suele estar envuelto en niebla, pero hay senderos que te guiarán a través de sus 20 km2 (4.000 ha). Aquí, los laureles que han ocupado el lugar durante miles de años se presentan en varias especies raras, todas retorcidas y nudosas. Juntos, crean una estampa de ensueño que hará las delicias de los visitantes más soñadores. Este bosque de laurisilva ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El mayor de los tres bosques: Los Tilos en La Palma

100 km2 de bosque primigenio, un monumento en sí mismo, en esta isla reconocida como "reserva mundial de la biosfera". Los Tilos tiene un innegable aire de Parque Jurásico, con sus rocas oscuras, sus cascadas que lanzan al aire una llovizna incesante y una vegetación exuberante que la asemeja a una selva ecuatorial. También aquí la humedad es omnipresente, y dondequiera que se acerque a las charcas y otras cascadas, te asaltarán abundantes helechos con palmeras gigantes y vigorosas. Puedes disfrutar de esta experiencia en los manantiales de los ríos Marcos y Cordero, que requieren una caminata en bucle de 3 horas, o en las cascadas de Los Tilos.

Cascada en Los Tilos, La Palma

Cascada en Los Tilos, La Palma

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Si la naturaleza es tu pasión, llévate una guía de flora y fauna que te ayudará a reconocer las especies endémicas de la isla, como la viola palmensis o la sorprendente equinácea, que parece una excéntrica margarita morada. Por el camino, quizá te cruces con el murciélago orejudo canario o el lagarto canario, de garganta azul claro.

Necesitarás un 4x4 que te lleve a la entrada de la reserva para comenzar tu excursión, que, por razones prácticas, suele partir de la Casa del Monte, una cabaña de madera. Algunos senderos son autoguiados. Si eliged el camino que lleva a los famosos manantiales, pasarád por no menos de 13 túneles naturales excavados en la roca, algunos de los cuales se abren directamente en cascadas. Llévate un impermeable, ya que llueve incluso en estos pasadizos.

El bosque del parque rural de Anaga

En una pista forestal del parque rural de Anaga

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El bosque del parque rural de Anaga

Otro bosque de laurisilva, otra selva tropical. A un paso de Santa Cruz de Tenerife, esta reserva de la biosfera se extiende a lo largo de 60 km2 (14.500 ha) en las montañas del extremo de la isla de Tenerife, al noreste. Te sorprenderá su excepcional relieve, sus barrancos y acantilados, y sus laderas que fortalecen las pantorrillas. Pasarás entre paredes negras, que en realidad son gigantescas fisuras de magma helado (diques) que gotean humedad. Y, por supuesto, te sumergirás en la vegetación que lleva aquí desde la prehistoria, residente perpetua, incansable, imperturbable.

Paseo del laurel de Anaga

Paseo del laurel de Anaga

- © Alvydas Kucas / Shutterstock

La avifauna es abundante, y seguro que oirás y verás con regularidad aves endémicas de la isla, como las palomas bravía y turquesa. Pero es al final del día cuando se divierten como nunca, y podrás oírlo. También te sorprenderán los innumerables doseles de ramas de laurel que se arquean sobre su cabeza para darte la más cálida de las bienvenidas y protegerte de la lluvia fina.

Información práctica

Cómo llegar:

Guagua: Desde Santa Cruz, líneas 945 y 947; desde La Laguna, líneas 076, 077, 273, 274 y 275.

Coche: Desde Santa Cruz, tomar la TF-11, que une Santa Cruz con San Andrés, luego la TF-12 hasta Igueste de San Andrés y El Bailadero, y desde allí la TF-134 hasta Taganana, Almáciga, etc.

por Redacción EasyViajar
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