Dos días en Milán, ¡el itinerario para no perderse nada!

Empezamos nuestro primer día donde más fuerte late el corazón de Milán... en la Piazza del Duomo, una inmensa explanada bordeada de suntuosos monumentos, cuya modenaturaleza nos cautiva. El que más nos llama la atención es, por supuesto, la catedral del Duomo, visita obligada en la ciudad. Es tan impresionante por fuera como por dentro. Sus grandes arcos sostenidos por columnas esculpidas y decorados con escenas bíblicas nos fascinan, pero el punto culminante del espectáculo se encuentra unos metros más arriba, directamente desde el tejado del edificio, donde los detalles de la fachada y el mármol blanco del edificio reflejan la luz del sol, revelando el monumento en todo su esplendor.

Bajamos del reino de los cielos al Museo del Novecento, justo enfrente. Ubicado en el Palazzo dell'Arengario, este complejo artístico alberga más de 300 obras de arte italiano del siglo XX. Expone desde hace más de diez años y, junto a sus exposiciones, se compromete a preservar, estudiar y promover el patrimonio cultural italiano, con el objetivo de atraer a un público cada vez más numeroso... ¡Un paseo por la historia del arte italiano!

Atravesamos la gran Piazza del Duomo para desembarcar en el lado opuesto bajo una inmensa arcada cuyos detalles interiores despiertan nuestra curiosidad. La Galería Vittorio Emmanuele II combina boutiques de prestigio con una arquitectura sofisticada. Es un suntuoso salón cubierto por un techo de cristal. En una de las esquinas del pasadizo cubierto, puede probar suerte con una costumbre local bastante estrafalaria: según la leyenda, hay que girar tres veces con el talón derecho sobre las partes íntimas del toro dibujado en el suelo para que la suerte le acompañe. Y como no hay límite de edad para divertirse, esta actividad es para grandes y pequeños.

Diríjase a la plaza medieval, no lejos de la Catedral de Milán, para realizar un viaje en el tiempo. Esta pintoresca zona ha conservado su autenticidad y su alma medieval. Los edificios que la rodean parecen inalterados por el paso del tiempo, reflejando a la perfección la atmósfera de antaño. Continuaremos hacia la Piazza Cordusio para llegar al Palazzo Mezzanotte, un espléndido edificio del siglo XX que alberga la Bolsa italiana.

Nos tomamos un descanso del tema de descubrir los lugares históricos de Milán con una comida en Risoelatte, una casa sacada directamente de los años 60 en la que se puede comer en la cocina de formica, pedir una bebida en el baño o sentarse en el antiguo salón. Original y delicioso.

Después de una copiosa comida, nada mejor que pasear por un parque. Milán cuenta con un inmenso jardín junto al castillo de la familia Sforza. Organizado al estilo inglés, este bosque contiene numerosos monumentos y agradables espacios verdes donde proliferan árboles y plantas. Pasea por los senderos y no te pierdas los lugares de visita obligada, como el Puente de la Sirena, el acuario y la Torre Branca. En el extremo opuesto, te encontrarás con el Arco de la Paz, un imponente edificio revestido de mármol.

Dónde cenar en Milán

Boccondivino, un restaurante típico, alberga la mejor cena de Milán. Tras la puerta acristalada de este sencillo escaparate se esconde una trattoria tradicional con un servicio poco habitual. En un desfile bien orquestado, los camareros deambulan entre las mesas empujando un carrito bien surtido. Primi piatti, secondi piatti... y la ronda de quesos locales, ¡servidos generosamente! Esta pepita gastronómica es todo un descubrimiento, ¡volveríamos a Milán solo por este restaurante!

¿Dónde alojarse en Lombardía?

Segundo día y ya el último en la ciudad de la elegancia. Nos despertamos con ganas de explorar el sur de la ciudad hacia el distrito del diseño, cerca de Navigli. Justo antes de explorar los alrededores, hacemos una breve pausa cultural para visitar los antiguos museos coloniales, ahora Museo de la Cultura MUDEC. En la esquina de Via Tortona y Via Bergognone, el arte, el diseño y diversos espacios culturales se concentran en la antigua fábrica Ansaldo... ¡todo un símbolo! El objetivo de la institución es dar a conocer las diferentes disciplinas artísticas y, en general, el arte contemporáneo. Dispone de restaurante, librería y salas polivalentes para laboratorios y seminarios. Es una bendición para un barrio que antes sólo se animaba durante la Semana del Diseño.

Para comer, dirígete justo detrás del edificio al bistró Angelo's, un moderno restaurante que el arquitecto-propietario Angelo DI SAVERIO ha decorado con una sutil mezcla de mobiliario contemporáneo y toques retro. En la carta, el chef prepara sabrosos platos con productos de calidad y adapta su menú a todas las necesidades dietéticas. Hay recetas vegetarianas, pescados y finos cortes de carne. Y si lo que buscas es cocina tradicional italiana, ve al restaurante Dolce Emilia. Aquí podrás disfrutar de generosos platos preparados al momento por una mano apasionada, que selecciona cuidadosamente la pasta.

La tarde continúa a orillas del agua... Dirígete a Navigli, el barrio bohemio donde podrás pasear durante el día y disfrutar de un imperdible aperitivo al atardecer. Esta antigua plaza industrial ha sabido renovarse y ahora es uno de los lugares con más estilo de la capital lombarda. Boutiques vintage, restaurantes, bares... es el lugar ideal para pasar la tarde antes de sentarse a tomar algo en la terraza. Es perfecto para terminar su estancia en Milán por todo lo alto.

¿Dónde comer?

Frente a los canales, la Osteria del Gnocco Fritto ofrece una cocina auténtica en un ambiente de taberna familiar. Encontrarás un servicio atento y una cocina casera en la que priman los sabores italianos. No te pierdas la especialidad de la casa, el Gnocco Fritto, preparado según la receta original. Un pequeño cojín de masa frita que llega a la mesa en una cesta de mimbre humeante. Acompañado (o no) de una buena loncha de jamón, ¡está delicioso!