Desde el mar, la vista de las casas del pueblo aferradas a la empinada ladera es un espectacular despliegue de color. Las estrechas calles, repletas de tiendas y puestos de artesanía, parecen descansar sobre los blancos acantilados que dominan la península de Salerno. Tras un paseo por las tiendas de artesanía.
Nápoles