De las muchas torres de Estambul, Gálata es la más antigua y, sin duda, la más emblemática. La torre tiene 63 metros de altura, forma cónica y cilíndrica, con un total de nueve pisos, lo que la convirtió en la estructura más alta de la ciudad en el momento de su construcción.
El nacimiento de la Torre de Gálata está rodeado de misterio. Por el momento, existen dos teorías:
Según la primera, el emperador bizantino Justiniano construyó la torre como faro en el año 527 d.C. En 1348, llegó la colonia genovesa y reconstruyó el monumento dentro de las murallas de Gálata para protegerse de los invasores.
La Torre de Gálata proporcionaba una excelente vigilancia desde el interior de las murallas de la ciudad y tenía una importancia militar crucial. También se utilizó posteriormente como torre de detección de incendios durante el Imperio Otomano, antes de convertirse en prisión durante el reinado del sultán Suleimán "El Magnífico".