Carcassonne

La pequeña ciudad de Carcassonne sólo tiene 40.000 habitantes y la atraviesa el río Aude. ¡Y son afortunados! Este lugar de turismo, conocido por su espléndida Ciudad Medieval, está formado también por la ciudad baja, denominada la Bastida San Luis. Pero es el centro histórico el que atrae cada año a miles de visitantes con sus imponentes murallas dotadas de 52 torres que coronan el valle. Sus primeras fortificaciones, que datan del siglo III y IV, pretendían proteger la ciudad de las invasiones. Más tarde, en el siglo XII, la familia de Trencavel construyó el castillo condal. El centro histórico, olvidado en su momento en beneficio de la ciudad baja, fue restaurado poco a poco con el paso de los años por el arquitecto Viollet-le-Duc en el siglo XIX. A día de hoy, el centro histórico se impone en todo su esplendor en el paisaje de Carcassonne.
Numerosas razones nos llevan a visitar esta bonita ciudad situada a una hora por carretera de Toulouse, como el castillo condal. Éste se abre en un gran patio de honor, rodeado de cascotes. El paseo por las plantas permite descubrir la historia apasionante de sus muros pero también de la Ciudad. También podemos citar el museo Memorias de la Edad Media donde muestran, entre otras cosas, cómo transcurría la vida diaria de los militares en aquella época. También descubrimos tres grandes maquetas de la Ciudad antigua, animadas por sonido y luz que permiten distinguir las tres épocas: la época galo-romana, el casco antiguo, la ciudad baja en la Edad Media y la sede de la ciudad en 1240.
(Crédito foto: OMT de Carcassonne y Ayuntamiento de Carcassonne).

Numerosos restaurantes valen la pena, sería una lástima no desguatar los productos locales en la terraza de uno de ellos (dependiendo de la estación, evidentemente). Uno de ellos es el St Jean. Todos los platos son muy abundantes y las ensaladas gourmets no son una excepción, tan copiosas que casi desbordan el plato. O también los huevos a la cocotte con fois gras, una auténtica delicia. Si tu presupuesto es algo más consecuente, dirígete a la Barbacane, el restaurante del Hôtel de la Cité, galardonado con una estrella en la Guía Michelín. Su ternera es una auténtica delicia.

Evidentemente la ciudad medieval: sus magníficas puertas, el museo de la Caballería, la basílica Saint-Nazaire-et-Saint-Celse, el castillo condal, el puente viejo que cruza el Aude, etc. Pero también la bastida San Luis.

Son numerosos los eventos organizados aquí cada año. Mencionamos por ejemplo el Festival de la Ciudad Medival que se celebra cada año en el mes de julio. En cuanto al Festival de Carcassonne, tiene lugar en el mes de agosto.

De acuerdo con un Decreto Municipal, la circulación en la Ciudad Medieval está prohibida entre las 10:00 y las 19:00 h. Si vienes en coche, tendrás que dejarlo en el aparcamiento, cerca de la puerta Narbonnaise. Si te alojas en un hotel, puedes dejar tu vehículo en el "Parking client hôtel", gratuito, aunque no vigilado entre la 1:00 y las 8:00 h.

Para los amantes del vino (consúmase con moderación), no dudes en organizar una pequeña degustación de productos regionales, no te decepcionarán. En cuanto a la gastronomía, es difícil ignorar el delicioso cassoulet de Languedoc, el confit de pato o los platos aromatizados con foie gras.

En la Ciudad Medieval, encontrarás infinidad de tiendas en las que podrás adquirir souvenirs de inspiración medieval. Los niños suelen estar encantados con los trajes de caballeros... Los mayores podrán comprar productos culinarios regionales, a menos que también les tiente un disfraz...