Acogedoras y funcionales, las habitaciones del hotel tienen la peculiaridad de lucir en la zona del cabecero una cita (cada habitación una distinta) de autores de la literatura universal. En todas ellas, los puntos de luz son indirectos, lo cual aporta una atmósfera entre sombría y cálida cuando las cortinas están cerradas. Se trata de 108 habitaciones con vistas a Gran Vía, la calle Clavel o un patio interior bastante amplio. En este último caso, se trata únicamente de seis habitaciones. Además de por la nota de autor, las habitaciones se distinguen entre sí por los colores de las paredes, que pueden ser azul, naranja, amarillo, chocolate o rojo. Todas son amplias e incluyen una cama confortable, minibar, caja fuerte, un par de teléfonos, televisor Lcd y un sofá. El estilo es funcional y hogareño. El baño es también acogedor y práctico. En él se encuentra un secador (tipo teléfono), espejo de aumento, amenities, bañera, un lavabo de dos senos, todo ello arropado por azulejos blancos. El armario de la habitación se esconde bajo una puerta de cristal opaco. Las habitaciones de categoría superior incluyen albornoz. Las de plantas superiores tienen un plus a tener en cuenta: jacuzzi y terraza en una ubicación ideal de Madrid, esto es vistas al puro centro de Madrid (o a sus tejados, que tampoco está mal). Además, hay un dúplex en un torreón del edificio que añade un salón con dos terrazas en las que se encuentra un jacuzzi y un pequeño solárium. En concreto, el reparto de habitaciones por categoría es éte: 74 habitaciones básicas, 15 superiores, 7 con terraza, 6 con terraza y jacuzzi y, por último, el dúplex.