Las habitaciones del Ritz son por supuesto suntuosas, espaciosas (30 m ²) y están admirablemente decoradas con cristales en el techo, hermosas pinturas, y con un mobiliario elegante de madera. El refinamiento de la decoración se ve hasta en los motivos incrustados de la cabecera de madera de la cama. El hotel pone a disposición del cliente zapatillas muy cómodas, por si no quieren caminar descalzos sobre la suave moqueta. Las estancias disponen de todo tipo de comodidades: climatización individual, teléfono, acceso a Internet Wifi (bastante caro), minibar y una gran caja fuerte de bastante capacidad ?cabe un portátil?, que funciona con código electrónico. También tienen televisión con pantalla plana y radio, con hilo musical que da un ambiente relajante. En cuanto a la cama, ésta es muy cómoda, gracias a la calidad del colchón y la suavidad de la ropa del lecho... seguro que duerme como una marmota, incluso no tendrá ganas de levantarse con tanto confort. Desde el balcón, gozamos de una vista magnífica sobre el museo de Prado, especialmente desde algunas habitaciones.
Los cuartos de baño son de mármol, con grifería dorada. ¡Disponen de una gran bañera, una ducha tropical separada (con un grifo para el agua caliente y otro para la fría, esto siempre facilita el ajuste de temperatura!), un espejo grande, pañuelos, secador, un pilón doble, batines, productos de baño de la marca de cosméticos Bulgari, una báscula, y aseos separados con un bidé y un radiador. Todo adornado de pequeños detalles (ramo de flores y cubiletes de porcelana para poner su cepillo de dientes,...). El establecimiento comprende numerosas estancias, tan bellas las unas como las otras.