El hotel suma un total de 171 habitaciones de las que la mayoría corresponden a la categoría estándar, además de dos suites. Todas ofrecen similares equipamientos y únicamente varía la superficie en función del número de huéspedes. Hay habitaciones individuales, dobles y dobles familiares. Todas ellas incluyen camas reclinables (casi todas), amplias (de 1,8 x 2 si son dobles), con nórdico; un sillón relax, calentador de agua (té y café de cortesía), equipo de música con reproductor de CD, minibar gratuito, cubitera, caja fuerte gratuita, tabla de planchar, plancha, espejo de aumento y secador de pelo, entre otros detalles. El cuarto de baño incorpora un nutrido grupo de amenities, y éstas se pueden reforzar de forma gratuita. Igualmente es posible utilizar albornoz y zapatillas sin coste, previa demanda. Las habitaciones están climatizadas, pero incluyen también un ventilador ideal para esos días de verano en los que aprieta el calor en Madrid. Llama la atención el detalle de incluir un gran espejo en el cabecero de cada habitación, lo cual aumenta la sensación de amplitud. Las habitaciones de la décima planta tienen terraza y las de la octava, balcón. Las que ofrecen vistas a Gran Vía son en su mayoría habitaciones dobles familiares. Las otras vistas posibles son a la Plaza de Mostenses. También hay habitaciones interiores, en concreto dos por planta, que dan a un patio acondicionado. No hay que dejar de destacar su buena insonorización, ya que el doble acristalamiento permite evitar ruidos de la bulliciosa zona en la que se ubica el establecimiento. El cliente puede elegir la almohada, previa solicitud.