El hotel suma un total de 116 habitaciones, de las que mayoría corresponden a la categoría estándar. Además, cuenta con ocho superiores. Todas son exteriores, ofreciendo como vistas las calles de Gran Vía y García Molinas. Únicamente cinco habitaciones tienen terraza: están en la décima planta. Como en buena parte de las zonas comunes, protagoniza el ambiente el blanco y el negro, con un toque de rojo (en las cortinas). Las estancias son amplias y de estilo vanguardista. Llama la atención la ausencia de cabecero, el cual se ha sustituido por un inmenso vinilo con motivos geométricos que cubre toda la pared. Sillón de lectura, mesa de escritorio, televisor de pantalla plana, teclado de ordenador, caja fuerte (gratuita), minibar, carta de almohadas, luces de lutrón (bienvenida, relax, baño), secador de pelo (tipo pistola, profesional), espejo de aumento y amenities son algunos de los detalles en equipamientos. El armario, bastante amplio, tiene una puerta corredera que también permite separar la habitación del baño y la entradilla. Destaca la buena insonorización de las estancias ya que a pesar de estar en una de las calles más animadas de la capital, el silencio es notable gracias al uso de ventanas Technal. El albornoz y las zapatillas no se incluyen en el baño pero se pueden solicitar sin cargo.