En las faldas de la Sierra Nevada, esta ciudad seleccionada en el 2018 como uno de los mejores destinos para viajar, es particularmente encantadora en invierno. El frío no es desgarrador y más bien suele brillar el sol en unos 7º centígrados. Hay que abrigarse bien para caminar entre las callecitas y tomarse una copa en una terraza con vista a los picos blancos de la Sierra, pero nada que impida pasear.
Si bien Granada es un planazo todo el año, ir en invierno tiene varias ventajas. La primera, el precio y la escasez de multitudes. La segunda, mucho más cautivadora, es la mezcla de mar y nieve que no se puede experimentar en tantos otros lugares.