Paul Cézanne nació en Aix-en-Provence en 1839, y es justo decir que el pintor estaba muy unido a su ciudad natal. Considerado el precursor del postimpresionismo y el cubismo, sus obras representan todas las facetas de la naturaleza provenzal: más de 80 de sus cuadros son del monte Sainte-Victoire, que él consideraba su musa. También se interesó por las naturalezas muertas y pintó retratos y escenas de la vida, como los famosos Joueurs de Cartes y Les Grandes Baigneuses.
A veces abandonó Aix-en-Provence, ya fuera para reunirse con su gran amigo Emile Zola en París, para trabajar en Marsella o para instalarse con su familia en Gardanne. Pero siempre acababa regresando a la ciudad que le vio nacer. En su estudio de la colina de Louves pintó sus últimos cuadros antes de morir en 1906.