Descubre las especialidades locales de Florencia

Es imposible visitar Florencia sin sucumbir a las delicias de la cocina local. Además de las imperdibles pizzas, ¡sería un crimen no probar los famosos gelati!

Y los gourmets estarán encantados de encontrar numerosas gelaterías (heladerías) en el corazón de Florencia. En casi todas las esquinas encontrará estas resplandecientes montañas de hielo. Vaniglia, nocciolate, cioccolato, fragola, melone... sabores que hacen la boca agua y a los que es difícil resistirse. Los helados se elaboran con productos de calidad, según las reglas del arte.

Se venden en cucuruchos o tazas a precios razonables y se pueden disfrutar con el más mínimo rayo de sol. Pero si el tiempo no acompaña, dirígete a una pasticceria para saborear un chocolate caliente y un dulce. Cremoso y delicioso, el chocolate caliente italiano es una auténtica delicia. Lo mejor que puede hacer es probarlo.

Si quieres vivir a la italiana, tienes que comprar a la florentina. Y solo hay un lugar al que ir: ¡el Mercato Centrale!

Construido en el siglo XIX, el gran pabellón acristalado del mercado central alberga decenas de puestos que parecen salidos de un cuadro de Arcimboldo. Pasta de todas las formas y colores, aceite de oliva, tomates secos, vino, queso, jamón, fruta y verdura... todas las especialidades italianas se dan cita en este colorido lugar.

La gente viene aquí a comprar y pasear, pero también a compartir un momento en un ambiente agradable. Muchas de las tiendas ofrecen un café y un bollito, un bocadillo a base de callos muy apreciado por los florentinos. Los amables tenderos ofrecen productos locales de calidad e invitan a los visitantes a probarlos con toda sencillez.

Es un lugar cálido y sabroso, del que saldrá con la barriga llena y los brazos llenos de paquetes.

Los adictos a las compras seguro que encuentran lo que buscan en Florencia. Joyas, lencería, zapatos, prêt-à-porter, alta costura, etc. Las calles de la ciudad rebosan de boutiques donde los adictos a las compras pueden dar rienda suelta a sus ansias de gastar.

Aunque no siempre encontrarás una ganga (Florencia es también la capital del lujo), hay un ámbito en el que los florentinos destacan y que sigue siendo asequible: la marroquinería.

Al pasear por la ciudad, te toparás con los talleres que han hecho famosa a la ciudad toscana por su producción meticulosa pero limitada y su inigualable relación calidad-precio.

Para los bolsillos más modestos, no hay que perderse los alrededores del Mercato Centrale, con el mercado al aire libre de San Lorenzo. Decenas de vendedores ambulantes se suceden exhibiendo sus puestos repletos de artículos de cuero. Bolsos, chaquetas, sombreros, libros... los productos son de calidad decente y más asequibles.

Sin embargo, conviene negociar...

Durante siglos, Florencia se ha nutrido del terruño de su rica región: la Toscana. Una tierra que ha construido su reputación en torno a su región vinícola más famosa, el Chianti.

La encantadora y solitaria belleza del Chianti es el resultado de una larga historia de actividad humana, que a lo largo de los siglos ha moldeado esta tierra hasta convertirla en lo que es hoy. Famosa sobre todo por el vino que aquí se produce, esta zona de la Toscana ofrece paisajes únicos que son los de un lugar auténtica y tradicionalmente rural.

Sus campos y viñedos, asentados sobre suaves colinas, son el resultado de una historia de prosperidad pero también de periodos de miseria, marcados por los conflictos entre los campesinos y los señores locales; hostilidades que han contribuido a dar forma a una zona dominada por la vida rural pero salpicada de pueblos y residencias nobiliarias.

Desde Florencia se organizan numerosas excursiones de medio día y día completo para explorar la región del Chianti.