La mejor manera de descubrir Brujas y empaparse de su historia y su ambiente único es perderse y deambular por el laberinto de calles empedradas de su entorno medieval. No dudes en alejarte del bullicio de la Grand-Place, y descubrirás realmente el innegable encanto de esta ciudad adormecida, congelada en el tiempo hace unos cientos de años. Encontrarás lugares de visita obligada, como el barrio de Saint-Anne, el barrio de Saint-Gilles y el apacible beguinage. Podrás visitar numerosos museos, desde el clásico Groeninge hasta el extraño Museo de la Tortura. Pero si te apetece salir de la ciudad durante unas horas y empaparte de la vida local flamenca, alquila una bicicleta y da un paseo por el canal hasta Damme, una pequeña ciudad adyacente a Brujas. Paz y tranquilidad garantizadas, esta pequeña y tranquila ciudad bien merece una visita.
Brujas


