El viaje a Marruecos es ideal para el descanso en la playa. Este cálido país cuyas costas son bañadas por el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo, tiene la ventaja de situarse muy cerca de Europa: a sólo 3 horas de vuelo desde París a Marrakech. A parte de sus excelentes balnearios, Marruecos también es un destino muy atractivo por la belleza de sus ciudades. De Rabat a Ouarzazate pasando por Casablanca y Fez, la arquitectura árabe y el ambiente festivo prevalecen en las callejuelas, donde los puestos de especias encandilan a los turistas. Más al sur, unas vacaciones en Marruecos llevará a los viajeros más aventureros a través del Atlas y sus paisajes esculpidos por el viento antes de llegar al desierto del Sahara. Montado o no en un camello, las puertas del desierto más grande del mundo se abren a los visitantes que buscan una emoción entre las dunas de arena.